La esencia, el reflejo y el complemento...
EN LA URBE: CRÓNICA DEL COLECTIVO
CU-PÉMEX
Viajando de la Colonia Roma, en la delegación Cuauhtémoc, rumbo a la Colonia del Carmen, en la delegación Coyoacán, me encontré con miembros de una familia indígena; habitantes, lo supe después, de la primer colonia. Madre e hijos (cuatro menores, uno en brazos y los tres restantes de entre nueve y cinco años) esperaban el transporte junto a mi; al llegar éste, subieron en desorden y atrabancados los pequeños, la mujer pese al esfuerzo que hacía por sostenerse en pie al cargar dos bultos (su bebé y la mercancía) subió y al cabo de algunas cuadras halló lugar (apartado por la pequeña mayor). Las personas los observaron como público que especta algo novedoso, raro, causa de disgusto otros. Los niños, como niños, jugaban y manoteaban unos a otros; hubo un instante en que rozaron el brazo de un hombre, quien reaccionó de inmediato con gesto de desagrado, (yo pensé: seguramente nació adulto). El camino siguió sin novedad. Cuadras antes de descender, el niño más pequeño que ya caminaba, se encontraba sentado junto a una chica y, con la intención de no quedarse atrás, siguiendo la orden de su madre para alcanzarla, pasó “encima” (literalmente) de su compañera de asiento, quien no ocultó su sentir y (según yo) con el fin de ayudar a la causa se cambió de asiento, más el gesto en su rostro se confundió con el característico de la gente asqueada y despectiva… Bajamos, tal como abordamos, en el mismo punto. Yo dirigí el camino a mi destino y la familia, frente a la iglesia del Jardín Hidalgo, inició su jornada... Desde entonces, como una bella familia... a veces coincidimos... y volvemos a casa juntos...
1 Comments:
te felicito es un muy buen blog, vas bien te define mucho...besoss
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home